Magic! en el Plaza Condesa

Agosto 28 de 2015, Plaza Condesa

Si Magic! fuese una bebida, sería un coctel sin alcohol preparado a base de miel de maple; y es que con su dulce mezcla de pop y reggae, los canadienses lograron congregar la noche del viernes, a decenas de adolescentes ansiosas por un sorbo de las melodías compuestas por estos cuatro músicos, quienes prácticamente interpretaron de principio a fin su primer y único disco a la fecha, así como un par de covers de temas populares en los años 80s.

Poco antes de las 22:00 hrs, Nasri Atweh (voz), Mark Pellizer (guitarra), Ben Spivak (bajo) y Alex Tanas (batería), pisaron el escenario de El Plaza Condesa para dar comienzo a su set con la canción “Don´t Kill The Magic”, uno de los temas más exitosos de la banda y que además da título al álbum.

Le siguieron “Paradise”, un cover de “Girls Just Wanna Have Fun” de Cindy Lauper –canción que probablemente alcanzó la popularidad antes de que una buena parte de los presentes hubiesen nacido–, “Stupid Me” y “Little Girl Big World”.

Mark Pellizer, quien lucía una playera con la imagen de Bob Marley y los colores de la bandera de Jamaica estampados en el pecho, no dudó en hacer alarde de su habilidad con la guitarra con un apasionado solo, antes de continuar con canciones como “Gypsy Woman” y “No Evil”, esta última fusionada con la canción “Message In A Bottle”, original de The Police, que no causó sorpresa, pues los canadienses han declarado en diversas ocasiones ser fans de la banda británica, por lo que es muy común que interpreten dicha canción en sus conciertos.

Finalmente tras abandonar el escenario por un breve instante, Magic! regresó ante el estruendo de sus fans, para despedirse con sus dos canciones mas populares, las infaltables “Let Your Hair Down” y el sencillo principal de este disco titulado “Rude”. Lo cierto es que sin muchas sorpresas en su setlist, la música de Magic!, tiene ese superpoder de poner de buen humor a casi cualquier persona que los escuche en vivo, sea o no entusiasta del género musical que ellos proponen, pues justo como la miel de maple, es difícil que a alguien verdaderamente le desagrade.